La paz como la guerra son inherentes al ser humano, la paz que obtenemos en las divinas aguas pre natales, la paz de saber que dimensionamos nuestro espíritu por la presencia de dios en nosotros. La guerra como sinónimo de lucha, lid, batalla, nacemos empujando, chocando contra las paredes vaginales de nuestra madre, un combate a muerte para salir a la luz que nos espera, cuando nacemos le dicen a nuestra madre que “ha dado a luz” y es verdad lo tomo en forma literal, de pronto la guerra y la paz se unen, la lucha y el sosiego son uno solo, estamos en la vida y unos brazos divinos nos protegen…
Aquí tanto la paz como la guerra se hacen necesarias, lo demás es un enigma.
Es solo el inicio, sabemos que esta historia continua.
Estar de acuerdo o totalmente en desacuerdo brinda la paz del libre albedrío en el ser humano.
Con cariño
Luz Elena Sepúlveda
