martes, 2 de noviembre de 2010

COSAS DEL AMOR, COSAS DE LA VIDA.


Vamos por la vida como pordioseros perdidos, anhelantes, extendiendo la mano, desbordando sonrisas y entregando lo más valioso que tenemos, prostituyendo los sentimientos y poniendo en riesgo nuestro estado emocional, si, vamos entregando amor sin ton ni son, con el afán de ser retribuidos, en aras de hacer realidad expectativas, sueños, ideales creados en una etapa de nuestra vida que no es la de hoy, encuentras a tu paso aquel que te regresa la sonrisa y casi le besas la mano por su “gesto tan amable”, otros te cautivan con sus palabras y aun sin conocerlos arriesgas el alma, todo es que te endulcen el oído con frases como “tan solo déjame tocar tu corazón” wow piensas, lo dejo que toque todo y en un santiamén ya estas profundamente enamorada, sin chistar le das todos tus datos, dirección, teléfono, edad, peso (te quitas unos 5 o 6 kg) y ni en cuenta caes de que aún no sabes su nombre completo, si es casado o lo fue, si es machista, que piensa sobre el aborto, educación entre tantas cosas que son importantes conocer. Estamos tan perdidos que para nosotros ha llegado el príncipe azul sin tener que besar un sapo, no te imaginas siquiera que el anda más perdido que tú y en su insaciable necesidad de reafirmar su masculina presencia solo tomara lo que le estas ofreciendo para acrecentar su record personal. Novata al fin (aunque no te lo crean jeje) esperas y esperas por el siguiente capítulo que ya tienes perfectamente estructurado en tu mente, casi, casi lo imaginas llegando en un corcel blanco y atrapándote por la cintura (darías gracias de que te pudiera) te sube junto a él y te lleva a su castillo en el que habrá quien cocine, haga la limpieza, saque la basura y vivirán felices para siempre, ejem, ejem, pero o, o sorpresa, el susodicho no te ha vuelto a buscar y no lo puedes creer, debe estar enfermo, algo le ha pasado, y haces que el mundo gire a tu velocidad mientras te encargas de buscarlo por mar y tierra, le llamas y llamas, te gastas la quincena en saldo para el celular para poder enviarle mensajes y mensajes en los que le suplicas te responda que todo está bien entre los dos y que no habrá poder humano que afecte su “gran amor”. El pobre hombre que ya casi es parte de la tercera edad ya se esfumo con la plena seguridad de que eres una psicópata capaz de todo por atraparlo. Esta vez le hace piedras en los riñones reafirmar su virilidad.



Continuara…



Luz Elena Sepúlveda

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