Me veo caminando en el vacío, no, no, me repito, no tomes,
no te apropies de estos pensamientos que pueden agobiarte, déjame tener la
confianza de escribirlos sin pensar en que puedo afectarte, ves aquí está la
Luz Elena que a pesar de todo no deja de crearse culpas, muchas veces me han
repetido que cada quien procesa lo que quiere, que no me crea “tan importante”,
desvié mis pensamientos y de nuevo me veo caminando, trastabillando y peleando
con los años de aislamiento, de desatino forzado, salgo un poco y el viento me
refresca la faz y es entonces cuando deseo ser mujer de viento para ir y entrar
sin que lo sepas, ir contigo hijo, contigo hija, contigo papá, mamá, no me
importa ser viento bajo la tierra, alguna hendidura habrá por la que pueda
entrar y darte un beso, a ti Alf puedo encontrarte y confirmar lo que tenga que
ver con que estas bien y feliz, wow, puedo ir a muchas partes, he roto los
grilletes y el viento me traslada libre, tan libre como mis pensamientos, como
esos deseos que solo aquí puedo plasmar, dicen que en esta vida “todo tiene
precio” y me pregunto, ¿ser mujer de viento cuanto costara? Creo que si cuesta
la vida, solo dios lo puede pagar.
Luz Elena Sepúlveda.