Una loba aullaba,nada la consolaba en su aullido de dolor y desolación, escondía una enorme pena, una gran pena de amor.
Bajo la luna blanca,su pelaje brillaba,su fiereza era tal quea quien se acercaracon su aullido ahuyentaba.
Que equivocados estaban,aquellos que la señalaban pues ella no pretendía atemorizar,brotaba el dolor de su alma, había perdido a quien amaba y que mas daba ahora serjuzgada y condenada,ya nada importaba aesa loba enamorada de una fantasía lejana,como lejana la luna que al escucharla lloraba.
Bajo la luna blanca,su pelaje brillaba,su fiereza era tal quea quien se acercaracon su aullido ahuyentaba.
Que equivocados estaban,aquellos que la señalaban pues ella no pretendía atemorizar,brotaba el dolor de su alma, había perdido a quien amaba y que mas daba ahora serjuzgada y condenada,ya nada importaba aesa loba enamorada de una fantasía lejana,como lejana la luna que al escucharla lloraba.
Luz Elena Sepúlveda
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