jueves, 25 de diciembre de 2008

EN TERCERA PERSONA



EN TERCERA PERSONA


La luz que alegra los ojos se marcho, rechinan en la madrugada recuerdos mullidos, agridulces, sin color. Aguijonea el alma el olvido, las sombras se estremecen
en un rincón del pasado. Tropiezas, retrocedes dando zarpazos al lamento del viento. Quedan jirones de ilusiones esparcidos, colgados en el árbol del bien y el mal. El albedrío invita al aislamiento, a entrar de nuevo a la burbuja de cristal de los sueños escondidos.
Preparas las maletas repletas de abandono, cierras tus alas a la vida, lloras en tu extravío y muerdes el anzuelo de la ironía, que duele, que lastima. Serás ahora, el único espectador de ese mausoleo vacío de tu existencia sin sentido.
El torrente de lagrimas fluye solitario de tu rostro a destiempo. Ahora ya no queda nada
en donde nunca existió nada, tan solo queda escribirlo ahora en tercera persona.


Luz Elena Sepúlveda

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